miércoles, 3 de junio de 2009
Día del Ambiente Sonoro Saludable
Doraldina Zeledón Úbeda
La tierra dice: "¡No me odies!, Mira, yo soy tu madre.
¿Por qué me pisoteas con dureza?
Los tacones herrados de tus zapatos rudos me marcan
ignominiosamente.
Si soy toda suavidad para contigo,
¿Por qué no te descalzas?".
Salomón de la Selva.
Todos tenemos derecho a un ambiente saludable (Art. 60 Constitución), lo cual implica un ambiente sonoro saludable. Y el deber de protegerlo. Pero en todas partes hay ruido. A veces hasta en las actividades en pro del medioambiente. ¿Por qué? Quizás no se ve como un contaminante. Generalmente, cuando se habla de emisiones y contaminación del aire, no se le toma en cuenta.
Se ha considerado el medioambiente relacionado principalmente con lo natural, no como el medio, el entorno en el cual se desenvuelve un ser vivo. Por eso ha predominado la preocupación por lo verde y lo que conlleva. Medioambiente es eso y más. Y el ruido es más que una molestia. Es una pandemia para la que no se han inventado pruebas ni vacunas ni cercos epidemiológicos, pero que sí mata. Y también afecta la economía.
Para analizar el problema de la contaminación acústica necesitamos desmenuzar el concepto de medioambiente en general y delimitarlo al entorno del individuo, ya que el ruido se da en un ambiente específico. Hay una definición que me parece interesante, de Gerardo Barrantes. Ve el ambiente como el “entorno vital, el conjunto de elementos físicos, biológicos, económicos, sociales, culturales y estéticos que interactúan entre sí, con el individuo y con la comunidad en que vive, determinando su forma, su carácter, su comportamiento y su supervivencia. En términos más específicos, el ambiente sería el sistema constituido por el ser humano, la flora, la fauna y los microorganismos, el suelo, el agua, el aire, el clima, el paisaje; las interacciones entre los factores citados y los bienes materiales y el patrimonio cultural “
De aquí podemos desprender que el ser humano es también parte del medioambiente, con toda su cultura, incluyendo la cultura del ruido. Que el medioambiente no sólo está formado por una serie de factores, sino, también, de las interrelaciones entre éstos. “El ambiente es una combinación compleja entre lo natural y lo social, lo que obliga a realizar una valoración del daño ambiental más allá de las consecuencias sobre el medio natural”, agrega Barrantes. De ahí la preocupación que debería haber por incluir el ruido en los estudios de impacto ambiental. Y aplicar los principios de prevención y precaución en las diferentes actividades y proyectos ruidosos. Para que el ambiente sea saludable se necesita no sólo que favorezca la salud física, sino que haya situaciones propicias para la salud síquica. El ruido afecta a ambas.
Me gusta mucho esta afirmación en una sentencia española, aplicable en cualquier país, inclusive donde el estómago vacío hace ruido: “Un ambiente en condiciones aceptables de vida, no sólo significa situaciones favorables para la conservación de la salud física, sino también ciertas cualidades emocionales y estéticas del entorno que rodea al hombre» (Tribunal Supremo, 70/2001, Sala de lo Civil). Y el ruido nos roba esas cualidades emocionales y estéticas del ambiente, que nos permiten crear, descansar, leer, escuchar o simplemente deleitarnos con nuestra música favorita o una puesta de sol.
Hay otro concepto (Guillermo Cano) que también considera el ambiente integrado por varios elementos: los recursos naturales útiles al hombre; los fenómenos naturales nocivos (terremotos, inundaciones); el ambiente cultivado, los recursos naturales producidos por el hombre; el ambiente creado, como la construcción de edificios hasta productos industriales y también ruidos, olores, sabores. (Material didáctico, FLACSO Argentina). El ruido es parte del ambiente creado, producto de “una combinación compleja entre lo natural y lo social”, que entra al ambiente que rodea al individuo.
La Ley General del Medio Ambiente y los Recursos Naturales de Nicaragua también define el ambiente como un sistema de elementos naturales, culturales y estéticos que interactúan entre sí, con los individuos y con su comunidad (Art. 5, Ley 217). Entonces, el medioambiente saludable consistiría en la calidad de sus elementos y relaciones, de tal manera que aseguren la salud de las personas, los otros seres vivos y demás elementos del ambiente.
Con respecto al sonido podemos considerar el medioambiente como el entorno sonoro vital del individuo, con sus elementos naturales, sociales, económicos, culturales, psicológicos, estéticos, recreativos, que influyen en el desarrollo integral de su personalidad, lo que conlleva la realización de su vida privada, familiar, profesional, social, y el disfrute de sus derechos.
En síntesis, el medioambiente no es sólo lo verde ni sólo lo natural, sino la combinación de una serie de factores naturales y de origen antrópico. El ambiente sonoro es el conjunto de sonidos en un entorno, que llega a los oídos en un lugar y momentos dados (F. Miyara). Y ambiente sonoro saludable es el entorno sin contaminación por ruido; el entorno acústico en armonía, que no afecte la salud, física y psíquica, ni las relaciones entre las personas.
Entonces, ¿por qué no descalzarnos, tanto de los tacones como de todos los instrumentos, maquinarias, equipos y acciones rudas, para evitar hacer ruido, al menos el día mundial del medioambiente? Y que también sea el “Día Mundial del Ambiente Sonoro Saludable”.
Fuente: Derecho a un ambiente sonoro saludable: garantías jurídicas.
doraldinazu@gmail.com
La tierra dice: "¡No me odies!, Mira, yo soy tu madre.
¿Por qué me pisoteas con dureza?
Los tacones herrados de tus zapatos rudos me marcan
ignominiosamente.
Si soy toda suavidad para contigo,
¿Por qué no te descalzas?".
Salomón de la Selva.
Todos tenemos derecho a un ambiente saludable (Art. 60 Constitución), lo cual implica un ambiente sonoro saludable. Y el deber de protegerlo. Pero en todas partes hay ruido. A veces hasta en las actividades en pro del medioambiente. ¿Por qué? Quizás no se ve como un contaminante. Generalmente, cuando se habla de emisiones y contaminación del aire, no se le toma en cuenta.
Se ha considerado el medioambiente relacionado principalmente con lo natural, no como el medio, el entorno en el cual se desenvuelve un ser vivo. Por eso ha predominado la preocupación por lo verde y lo que conlleva. Medioambiente es eso y más. Y el ruido es más que una molestia. Es una pandemia para la que no se han inventado pruebas ni vacunas ni cercos epidemiológicos, pero que sí mata. Y también afecta la economía.
Para analizar el problema de la contaminación acústica necesitamos desmenuzar el concepto de medioambiente en general y delimitarlo al entorno del individuo, ya que el ruido se da en un ambiente específico. Hay una definición que me parece interesante, de Gerardo Barrantes. Ve el ambiente como el “entorno vital, el conjunto de elementos físicos, biológicos, económicos, sociales, culturales y estéticos que interactúan entre sí, con el individuo y con la comunidad en que vive, determinando su forma, su carácter, su comportamiento y su supervivencia. En términos más específicos, el ambiente sería el sistema constituido por el ser humano, la flora, la fauna y los microorganismos, el suelo, el agua, el aire, el clima, el paisaje; las interacciones entre los factores citados y los bienes materiales y el patrimonio cultural “
De aquí podemos desprender que el ser humano es también parte del medioambiente, con toda su cultura, incluyendo la cultura del ruido. Que el medioambiente no sólo está formado por una serie de factores, sino, también, de las interrelaciones entre éstos. “El ambiente es una combinación compleja entre lo natural y lo social, lo que obliga a realizar una valoración del daño ambiental más allá de las consecuencias sobre el medio natural”, agrega Barrantes. De ahí la preocupación que debería haber por incluir el ruido en los estudios de impacto ambiental. Y aplicar los principios de prevención y precaución en las diferentes actividades y proyectos ruidosos. Para que el ambiente sea saludable se necesita no sólo que favorezca la salud física, sino que haya situaciones propicias para la salud síquica. El ruido afecta a ambas.
Me gusta mucho esta afirmación en una sentencia española, aplicable en cualquier país, inclusive donde el estómago vacío hace ruido: “Un ambiente en condiciones aceptables de vida, no sólo significa situaciones favorables para la conservación de la salud física, sino también ciertas cualidades emocionales y estéticas del entorno que rodea al hombre» (Tribunal Supremo, 70/2001, Sala de lo Civil). Y el ruido nos roba esas cualidades emocionales y estéticas del ambiente, que nos permiten crear, descansar, leer, escuchar o simplemente deleitarnos con nuestra música favorita o una puesta de sol.
Hay otro concepto (Guillermo Cano) que también considera el ambiente integrado por varios elementos: los recursos naturales útiles al hombre; los fenómenos naturales nocivos (terremotos, inundaciones); el ambiente cultivado, los recursos naturales producidos por el hombre; el ambiente creado, como la construcción de edificios hasta productos industriales y también ruidos, olores, sabores. (Material didáctico, FLACSO Argentina). El ruido es parte del ambiente creado, producto de “una combinación compleja entre lo natural y lo social”, que entra al ambiente que rodea al individuo.
La Ley General del Medio Ambiente y los Recursos Naturales de Nicaragua también define el ambiente como un sistema de elementos naturales, culturales y estéticos que interactúan entre sí, con los individuos y con su comunidad (Art. 5, Ley 217). Entonces, el medioambiente saludable consistiría en la calidad de sus elementos y relaciones, de tal manera que aseguren la salud de las personas, los otros seres vivos y demás elementos del ambiente.
Con respecto al sonido podemos considerar el medioambiente como el entorno sonoro vital del individuo, con sus elementos naturales, sociales, económicos, culturales, psicológicos, estéticos, recreativos, que influyen en el desarrollo integral de su personalidad, lo que conlleva la realización de su vida privada, familiar, profesional, social, y el disfrute de sus derechos.
En síntesis, el medioambiente no es sólo lo verde ni sólo lo natural, sino la combinación de una serie de factores naturales y de origen antrópico. El ambiente sonoro es el conjunto de sonidos en un entorno, que llega a los oídos en un lugar y momentos dados (F. Miyara). Y ambiente sonoro saludable es el entorno sin contaminación por ruido; el entorno acústico en armonía, que no afecte la salud, física y psíquica, ni las relaciones entre las personas.
Entonces, ¿por qué no descalzarnos, tanto de los tacones como de todos los instrumentos, maquinarias, equipos y acciones rudas, para evitar hacer ruido, al menos el día mundial del medioambiente? Y que también sea el “Día Mundial del Ambiente Sonoro Saludable”.
Fuente: Derecho a un ambiente sonoro saludable: garantías jurídicas.
doraldinazu@gmail.com