Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido último miércoles de abril

Paz

Alfonsina Storni
Vamos hacia los árboles... el sueño
Se hará en nosotros por virtud celeste.
Vamos hacia los árboles; la noche
Nos será blanda, la tristeza leve. Paz

Vamos hacia los árboles, el alma
Adormecida de perfume agreste.
Pero calla, no hables, sé piadoso;
No despiertes los pájaros que duermen.

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Anidando en el porche

martes, 29 de abril de 2014

Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido

Doraldina Zeledón Úbeda

El Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido se celebra el último miércoles de abril. El objetivo es informar sobre sus efectos en la salud y en los derechos humanos.


Este enemigo invisible deteriora la salud física, síquica y social: desde estrés, irritabilidad, molestias, dolor de cabeza, insomnio, náuseas, mareos, hasta problemas del corazón. Afecta la tranquilidad, los derechos humanos, la comunicación; genera conflictos entre vecinos. 
¿Qué hacemos en Nicaragua? Los medios de comunicación han hecho bastante, especialmente la radio, como La Primerísima. Hace unos años, Radio Universidad, y otros. También, algunos reportajes por televisión. Además, El Nuevo Diario y La Prensa; en un congreso me dijeron que era admirable que publicaran constantemente sobre el tema. 
Hay acciones jurídicas que van floreciendo. Me refiero a las ordenanzas que incluyen el ruido, como las de Managua y Granada. El Código Penal está en deuda, pues lo ve como una simple falta. También el programa Vivir bonito da una pinceladita al problema. No se puede vivir bien, bonito y saludable en un ambiente ruidoso.
También hay algunas monografías. Los estudiantes se entusiasman mucho; pero a veces hay demasiado texto que no va con el objetivo, copias sin citar las fuentes, etc. Parece que falta que los tutores se involucren más. Me satisface el interés que demuestran los alumnos, pero algunos dicen que les cuesta abordar el tema, y que hay tutores que les piden cambiarlo. También hay profesores que motivan.
En este día, en algunos países se hace un minuto de silencio. Probemos aquí. Reflexionemos durante ese minuto sobre nuestro actuar: ¿Qué actividades ruidosas hacemos que molesten a nuestros vecinos? ¿Qué hacemos como empresa para que trabajadores y usuarios tengan un ambiente sonoro saludable? ¿Cómo protegemos a las embarazadas? ¿Los parlantes en mi tienda, atraen clientes o los corren? ¿Qué hacemos como universidad? ¿Qué hacemos los usuarios del transporte ante la música y las películas que nos obligan a escuchar?  ¿Que hace el Ministerio de Salud? ¿Los médicos, tomamos en cuenta el ambiente ruidoso de los pacientes? Y así, cada quien a meditar sobre lo que hace. Y si nada hace, empezar ahora.
 Aquí algunas formas de conducta para no generar ruido: bajemos el volumen a los equipos de sonido, mi música es para mí, no para el vecino. Hablemos en voz baja, no tiremos las puertas, evitemos usar electrodomésticos y herramientas en horarios de descanso, como licuadoras, martillos. No instalemos lavadoras o aires acondicionados pegados a dormitorios, propios o vecinos; ni la jaula de la lora, que debería estar libre.

lunes, 28 de abril de 2014

Competencia feroz entre empresas sobre quién podría producir más ruido




Este año acordamos en mi familia pasar una noche de la Semana Santa en San Juan del Sur, recordándonos la experiencia de hace unos años que no ha sido tan agradable. Sin embargo, le dimos a San Juan el beneficio de la duda. Lo que experimentamos la semana pasada sobrepasó nuestros temores: una bulla espantosa de una serie de instalaciones metálicas de varias empresas de licor y de celulares que no tiene nombre. Parece que se había montado una competencia feroz entre ellas sobre quién podría producir más ruido, porque música no era.

Es muy triste de ver cómo un balneario tan lindo como es San Juan del Sur se convierte en un malecón ordinario dominado por las empresas grandes de este país, que muy poco contribuyen a la cultura nacional y que están infectando a nuestra juventud con sus mensajes baratos y viciosos.

Es triste además que el Concejo Municipal y la Alcaldía de San Juan no puedan ofrecer algo más creativo, por ejemplo un festival de diferentes artes que atraería mucha gente como en otras ciudades en nuestro país. Sin embargo, lo más fácil y lo más rentable aparentemente es prestar el bulevar y las playas preciosas a estas empresas, recibiendo un monto considerable de recursos financieros para las arcas municipales.

Espero que la alcaldesa y su Concejo Municipal reflexionen sobre un cambio muy deseado y necesario para su lindo pueblo durante la Semana Santa en los próximos años. Creatividad e iniciativa son las palabras claves.

martes, 15 de abril de 2014

Río de Janeiro prohíbe escuchar música sin auriculares en transporte público

En caso de no cumplir la normativa, las empresas podrán ser objeto de una sanción económica.

LAPRENSA/dlombardia/FLICKR/CC

Río de Janeiro/EFE

El estado brasileño de Río de Janeiro prohibió hoy, mediante una ley regional, escuchar música con aparatos sonoros en el interior de vehículos de transporte público sin que el usuario utilice auriculares, informaron fuentes oficiales.

Según aclara la ley, son considerados aparatos sonoros cualquier reproductor personal de música en formato digital, teléfono móvil, tableta, computador personal, radio, mp3 y mp4.

Las empresas concesionarias del transporte público cuentan ahora con un plazo de 120 días para aplicar la nueva normativa y colocar de manera visible carteles explicativos de la nueva prohibición.

En caso de no cumplir la normativa, las empresas podrán ser objeto de una sanción económica.

Tanto en Río de Janeiro como en otras ciudades de Brasil es habitual que algunos usuarios del transporte público viajen escuchando música en sus teléfonos móviles sin utilizar auriculares y a un alto volumen, lo que genera quejas del resto de pasajeros por las molestias que causan.



jueves, 10 de abril de 2014

En la playa, protéjase del ruido



Doraldina Zeledón Úbeda

Managua, Nicaragua. elnuevodiario.com.ni

El sonido está en nuestro entorno. Siempre. Puede parecernos agradable o molesto, a tal punto de sentirlo no deseable. Es el caso del ruido, que, dependiendo de la persona, el momento, la actividad que realice, el tiempo de exposición, la fuente que lo genera, puede afectar, incluso cuando los niveles sonoros no sean altos. También puede ser que niveles altos no molesten, como sucede en la playa; pero pueden afectar la salud.

Recordemos que los efectos del ruido van más allá de la pérdida de audición y no siempre se advierten en el momento. Puede generar dolor de cabeza, mareos, náuseas, acúfenos (zumbidos en los oídos), estrés, insomnio. Irritabilidad y molestias que arruinarían las vacaciones. Igualmente, impide la comunicación, a no ser que se hable a gritos. Afecta los sistemas circulatorio, digestivo, nervioso.

El turismo podría crear y promocionar lugares acústicos agradables y saludables. Y proteger de ruidos los existentes. Porque no todo mundo busca sitios bulliciosos. Hay personas que quieren tranquilidad, disfrutar de la naturaleza.

Se debería evitar hacer ruido en áreas apacibles, rurales y urbanas; por ejemplo, algunos barrios, paisajes campestres. Promover calles peatonales y ciclovías, para evitar el ruido. Es decir, crear áreas sonoras protegidas. Sitios con calidad acústica, que favorezcan la calidad de las vacaciones y la vida saludable.

Pero sucede lo contrario: el ruido enmascara los sonidos naturales. Entonces, para protegerse, hay que apartarse de las fuentes de ruido excesivo, sobre todo, proteger a niños y a embarazadas. Buscar lugares retirados de la playa para hospedarse o instalar casas de campaña. Durante el día, puede parecer normal y agradable la música del restaurante o de los veraneantes, pero cuando se quiere descansar, puede ser molesta.

La música a todo volumen puede provocar daños en el oído. Evite estar cerca de amplificadores de sonido o instrumentos musicales. Y de parqueos, porque los bocinazos y la música estridente son comunes.

Baje el volumen a su reproductor personal y no use audífonos por varias horas seguidas. Según valores guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS), música a través de auriculares con niveles promedio de 85 decibeles, durante una hora, pueden causar daño auditivo. Y en los conciertos, restaurantes y bares el nivel sonoro puede llegar fácilmente a 100 decibeles. Basta una hora, durante cuatro veces al año, para que pueda haber daño auditivo.


No es que se espere silencio; pero, ¿no sería bonito escuchar el sonido de las olas y el viento entre las palmeras.? ¿y la risa de los niños jugando en la arena?, ¿y escuchar la vida del barrio y del campo?. Es decir, poder disfrutar del paisaje sonoro natural sin estresarse. 

http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/316821-playa-protejase-del-ruido10 de abril de 2014 | 00:00:00

sábado, 5 de abril de 2014

30 de abril, Día internacional de conciencia sobre el ruido


Hoy no haré ruido

Doraldina Zeledón Úbeda 




Cada último miércoles de abril se celebra el Día internacional de conciencia sobre el ruido. En algunos países se pide un minuto de silencio. Es simbólico. Para ver el resultado del no-ruido serían necesarios unos 60 minutos. Imaginemos qué tranquilidad habría si durante una hora no se suenan las bocinas, si las motocicletas reducen la velocidad y revisan su tubo de escape. Si no se tiran morteros. Si bajamos el volumen. A la radio, la televisión, la conversación, a las discusiones, a los altoparlantes. Y en ese ambiente silencioso reflexionamos sobre todo lo bueno que trae el silencio y el daño que provoca el ruido. En nuestro contexto parece una utopía. Ojalá que pronto se le comience a dar el debido tratamiento. Porque hay campañas, presupuesto y tiempo para otros contaminantes, pero no para el control de la contaminación acústica.


Una de las peculiaridades del ruido es que no vemos sus efectos inmediatamente, a no ser que un fuerte impacto nos rompa el tímpano. Y como nos va afectando poco a poco, no le damos importancia. Lo vemos como algo normal, producto de las actividades. A pesar de esto es dañino y está en todas partes. Es la basura acústica que todos creamos, pero que nadie quiere barrer, ni las ONG. Ya es tiempo de que dejemos de verlo como inevitable o menos peligroso. Cuando nos proponemos metas generalmente lo hacemos a largo plazo, pero las conseguimos paso a paso, como cuando el médico nos dosifica el tratamiento. Así podríamos hacer contra esta pandemia: ir de a poquito, proponernos pequeñas metas para combatir los agentes del ruido. Cada sector puede establecer compromisos para hacer menos ruido, en el trabajo, el ocio, la escuela, el hogar, el vecindario. 


Un compromiso de parte de quienes hacen ruido, además de quiénes tienen la responsabilidad de evitarlo y controlarlo. El Ministerio de Salud dirá: así como hago con el dengue, desde hoy pondré en práctica una campaña contra el ruido. Ministerio del Ambiente: desde hoy tomaré en cuenta el ruido para los estudios de impacto ambiental. Alcaldías: hoy barreré los altos decibeles de calles y negocios. Policía: hoy decomisaré los morteros y multaré a los vehículos que suenen la bocina sin necesidad. Católicos: desde hoy dejo de explotar pólvora, incluidos los morteros. Los evangélicos, como se les ha criticado tanto, seguramnete ya tienen su plan para predicar sin ruido. Ministerio de Transporte: nada hago por evitar el ruido, hoy propondré una norma técnica. Instituto de Turismo: vamos bien, pero el ruido ya rebasa. Esto enferma a la gente y corre a los turistas. Hoy comenzaré a proteger el ambiente sonoro saludable como un bien muy preciado. Ministerio del Trabajo: hoy controlaré el ruido industrial. Empresarios: hoy revisaremos las máquinas y aires acondicionados ruidosos. Trabajadores: hoy utilizaré protectores auditivos. Maestros: hoy aprenderemos a no arrastrar los pupitres. Asociaciones de consumidores: desde hoy, no más ruido en tiendas, restaurantes y buses. Niños: desde hoy le recordaré a mi papá que no suene la bocina.


Ministerio de Educación: hoy comienzo una campaña informativa y de sensibilización. Procuraduría de Derechos Humanos: el ruido violenta los derechos, me sumo a la campaña. Fiscalía: si el ruido lesiona la salud, es un delito, a partir de hoy escucharé a los afectados por el ruido. Diputados: realmente la paseamos al dejar el ruido como una simple falta, hoy vamos a enmendar ese error. Y ya prepararemos una ley especial. Universidad: tengo parte de responsabilidad, los profesionales los formo yo, hoy comenzaré a preparar un postgrado en acústica. Médicos: hoy tomaré en cuenta el ruido en mis diagnósticos y prescripciones. Radio Nicaragua: necesito que me escuchen, hoy eliminaré el ruido de fondo en mis noticias, debe ser por eso que no me sintonizan. El vecino: hoy bajé el volumen al televisor, ahora sintonizo la música sólo para mí y no para el vecindario. Pasajeros: ya no aguanto más, si el taxista va pitando, me bajo. Y si el bus lleva música estruendosa, también me bajo. Organizaciones de cooperación: hemos dejado a un lado a quienes trabajan contra el ruido, definitivamente hoy comienzo a apoyarlos


En síntesis, que en todos los sectores e instituciones el compromiso sea: a partir de hoy incluiré el control del ruido en los planes, campañas, estrategias y presupuestos. Y todas las personas: hoy no haré ruido. Y así todos los días, hasta crear un hábito como bañarse. Si cada quien desde su lugar se compromete cada día, de poquito en poquito iremos preservando el ambiente sonoro saludable. Es fácil. Sólo falta voluntad. 


Recuerde: el ruido puede producir hipertensión arterial, accidentes cardiovasculares, alteraciones digestivas, estrés, dolor de cabeza, problemas auditivos, pérdida de la concentración, insomnio, malhumor, afectar la voz, la comunicación, la tranquilidad, los derechos humanos, la economía, las relaciones. Por favor, baje el volumen.

http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/73183