Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido último miércoles de abril

Paz

Alfonsina Storni
Vamos hacia los árboles... el sueño
Se hará en nosotros por virtud celeste.
Vamos hacia los árboles; la noche
Nos será blanda, la tristeza leve. Paz

Vamos hacia los árboles, el alma
Adormecida de perfume agreste.
Pero calla, no hables, sé piadoso;
No despiertes los pájaros que duermen.

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Anidando en el porche

domingo, 25 de abril de 2010

15º Día internacional de conciencia sobre el ruido

Hoy no haré ruido

Doraldina Zeledón Úbeda
http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/73183



Cada último miércoles de abril se celebra el Día internacional de conciencia sobre el ruido. Probablemente aquí tristemente sigamos escuchando los morteros. En otros países se pide un minuto de silencio. Es simbólico. Para ver el resultado del no-ruido serían necesarios unos 60 minutos. Imaginemos qué tranquilidad habría si durante una hora no se suenan las bocinas, si las motocicletas reducen la velocidad y revisan su tubo de escape. Si no se tiran morteros. Si bajamos el volumen. A la radio, la televisión, la conversación, a las discusiones, a los altoparlantes. Y en ese ambiente silencioso reflexionamos sobre todo lo bueno que trae el silencio y el daño que provoca el ruido. En nuestro contexto parece una utopía. Ojalá que pronto se le comience a dar el debido tratamiento. Porque hay campañas, presupuesto y tiempo para otros contaminantes, pero no para el control de la contaminación acústica.

No sé si los que explotan morteros (o quienes los promueven y permiten) van a reflexionar ahora sobre el daño que causan al medioambiente y la salud, y en primer lugar a ellos mismos. Pero seguro que algún día lo harán, cuando sientan los efectos o desarrollen su conciencia ambiental y la cultura de prevención. Ojalá no sea demasiado tarde. Algunos, por su formación, deberían ser promotores de la salud pública y no de la contaminación del ambiente.

Una de las peculiaridades del ruido es que no vemos sus efectos inmediatamente, a no ser que un fuerte impacto nos rompa el tímpano. Y como nos va afectando poco a poco, no le damos importancia. Lo vemos como algo normal, producto de las actividades. A pesar de esto es dañino y está en todas partes. Es la basura acústica que todos creamos, pero que nadie quiere barrer, ni las ONG. Ya es tiempo de que dejemos de verlo como inevitable o menos peligroso. Cuando nos proponemos metas generalmente lo hacemos a largo plazo, pero las conseguimos paso a paso, como cuando el médico nos dosifica el tratamiento. Así podríamos hacer contra esta pandemia: ir de a poquito, proponernos pequeñas metas para combatir los agentes del ruido. Cada sector puede establecer compromisos para hacer menos ruido, en el trabajo, el ocio, la escuela, el hogar, el vecindario.

Un compromiso de parte de quienes hacen ruido, además de quiénes tienen la responsabilidad de evitarlo y controlarlo. El Ministerio de Salud dirá: así como hago con el dengue, desde hoy pondré en práctica una campaña contra el ruido. Ministerio del Ambiente: desde hoy tomaré en cuenta el ruido para los estudios de impacto ambiental. Alcaldías: hoy barreré los altos decibeles de calles y negocios. Policía: hoy decomisaré los morteros y multaré a los vehículos que suenen la bocina sin necesidad. Católicos: desde hoy dejo de explotar pólvora, incluidos los morteros. Los evangélicos, como se les ha criticado tanto, seguramnete ya tienen su plan para predicar sin ruido. Ministerio de Transporte: nada hago por evitar el ruido, hoy propondré una norma técnica. Instituto de Turismo: vamos bien, pero el ruido ya rebasa. Esto enferma a la gente y corre a los turistas. Hoy comenzaré a proteger el ambiente sonoro saludable como un bien muy preciado. Ministerio del Trabajo: hoy controlaré el ruido industrial. Empresarios: hoy revisaremos las máquinas y aires acondicionados ruidosos. Trabajadores: hoy utilizaré protectores auditivos. Maestros: hoy aprenderemos a no arrastrar los pupitres. Asociaciones de consumidores: desde hoy, no más ruido en tiendas, restaurantes y buses. Niños: desde hoy le recordaré a mi papá que no suene la bocina.

Ministerio de Educación: hoy comienzo una campaña informativa y de sensibilización. Procuraduría de Derechos Humanos: el ruido violenta los derechos, me sumo a la campaña. Fiscalía: si el ruido lesiona la salud, es un delito, a partir de hoy escucharé a los afectados por el ruido. Diputados: realmente la paseamos al dejar el ruido como una simple falta, hoy vamos a enmendar ese error. Y ya prepararemos una ley especial. Universidad: tengo parte de responsabilidad, los profesionales los formo yo, hoy comenzaré a preparar un postgrado en acústica. Médicos: hoy tomaré en cuenta el ruido en mis diagnósticos y prescripciones. Radio Nicaragua: necesito que me escuchen, hoy eliminaré el ruido de fondo en mis noticias, debe ser por eso que no me sintonizan. El vecino: hoy bajé el volumen al televisor, ahora sintonizo la música sólo para mí y no para el vecindario. Pasajeros: ya no aguanto más, si el taxista va pitando, me bajo. Y si el bus lleva música estruendosa, también me bajo. Organizaciones de cooperación: hemos dejado a un lado a quienes trabajan contra el ruido, definitivamente hoy comienzo a apoyarlos.

En síntesis, que en todos los sectores e instituciones el compromiso sea: a partir de hoy incluiré el control del ruido en los planes, campañas, estrategias y presupuestos. Y todas las personas: hoy no haré ruido. Y así todos los días, hasta crear un hábito como bañarse. Si cada quien desde su lugar se compromete cada día, de poquito en poquito iremos preservando el ambiente sonoro saludable. Es fácil. Sólo falta voluntad.

Recuerde: el ruido puede producir hipertensión arterial, accidentes cardiovasculares, alteraciones digestivas, estrés, dolor de cabeza, problemas auditivos, pérdida de la concentración, insomnio, malhumor, afectar la voz, la comunicación, la tranquilidad, los derechos humanos, la economía, las relaciones. Por favor, baje el volumen.

domingo, 18 de abril de 2010

¿Compete a la Policía prevenir y controlar el ruido?

Doraldina Zeledón Úbeda

http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/74747

Cierta vez observábamos cómo dos policías parecía que ni se inmutaban ante el ruido de unos parlantes gigantes instalados en la acera de un centro comercial. Más bien daba la impresión de que los estaban resguardando. Y así vemos cómo pasan los vehículos inundando el ambiente con sus bocinazos, y los policías nada hacen. Quizás les molesta, pero no los enviaron a eso, ni han recibido instrucciones y capacitación para actuar en la prevención y control de la contaminación acústica. Y son uno de los sectores afectados por el ruido del tráfico rodado.

Durante una conferencia, una de las participantes dijo que cuando llamaban a la Policía por problemas de ruido, les contestaban que no tenían orientaciones al respecto. En otra ocasión se les llamó para que auxiliaran ante el ruido estremecedor de una discoteca, que no bastándole el alboroto que hacía desde su local, se tomó la calle para un concierto, pero dijeron en la Delegación que era una actividad con permiso de la Policía.

Reflexionando sobre esto me pregunté: ¿Será que los policías no conocen sus leyes? ¿Los mandos superiores no han orientado prevenir y controlar el ruido? ¿Tendremos que recurrir de amparo por estos permisos ilegales y por su inacción ante la contaminación acústica que viola derechos constitucionales? Entonces decidí releerme algunas leyes para ver qué resquicio encontraba como elemento que favoreciera estas respuestas e inacciones. No era necesario leer mucho, en los primeros artículos de la Ley 228 queda clara la razón de ser de la Policía. El artículo primero dice que se regirá en estricto apego a la Constitución Política y que tiene por misión, entre otras, proteger la vida, la integridad, la seguridad de las personas, la preservación del orden público y social interno.

El artículo tres señala entre sus funciones, auxiliar o proteger de manera inmediata a toda persona que así lo requiera, coadyuvar en coordinación con el Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales, las Alcaldías y Gobiernos Regionales en la vigilancia y protección del ambiente. Pero no auxiliaron cuando se les llamó. Ni protegieron el ambiente de la contaminación acústica. Quien restableció el orden fue la lluvia que calló a medianoche.

En cuanto al ruido originado por el transporte, “la Seguridad del Tránsito es la especialidad responsable de velar por la adecuada aplicación y cumplimiento de las normas de tránsito contenidas en la ley de la Policía Nacional, y las leyes y reglamentaciones particulares de la materia”. Entre estas leyes está la 431, de circulación vehicular; que, aunque el Reglamento no incluye niveles sonoros máximos, como lo hace con las emisiones de gases, humos y partículas, la Ley si contempla el ruido y las multas ¿Por que no se aplica? ¿Será porque la Policía “se rige por la más estricta disciplina de sus miembros”? (art. 2). Entonces, si no les han orientado la prevención y control del ruido, no actuarán. Y según el principio de legalidad, deben sujetarse a la jerarquía y subordinación. Pero agrega que “la obediencia debida en ningún caso podrá amparar órdenes o acciones que entrañen la ejecución de actos que manifiestamente constituyan delito o sean contrarios a las leyes”. Entonces, si un permiso va contra la Ley, no se debería respetar. Y tampoco deberían amparar inacciones, como no controlar el ruido.

Algunas atribuciones de los Jefes de Delegación son: velar por la conservación del orden público, por la vida y seguridad de las personas y de sus bienes, en el sector que comprende su jurisdicción. Prestar al vecindario el servicio de vigilancia y el pronto y eficaz auxilio a quien lo solicite. Y reitera “velar por el respeto a los derechos humanos de la ciudadanía”. Sin embargo, en las Delegaciones a veces contestan que los permisos se dan desde arriba, entonces no pueden velar por el sector de su jurisdicción, a no ser que actúen respetando el principio de “no amparar órdenes o acciones que entrañen la ejecución de actos que manifiestamente constituyan delito o sean contrarios a las leyes.” Como la Ley no es explícita, hace falta una interpretación, de tal forma que aunque falte un artículo que diga, “mirá Policía, la prevención y control del ruido también te compete”, ésta entienda que si su función es proteger la vida, la salud, los derechos humanos, la tranquilidad, el orden público, también es su función prevenir y controlar la contaminación acústica.

Realmente la tutela del ambiente sonoro saludable no sólo en el caso de la Policía hace falta que esté explícita en las leyes. Ojalá que en las nuevas normativas y en las que se reformen y actualicen, se integre el ruido. Pero la ley no basta. La solución está primero en la capacitación y sensibilización. Hay que recordar que es un tema relativamente nuevo, pero si nunca se comienza, siempre será nuevo. También hay instituciones que participan en el otorgamiento de permisos y licencias sin que se reúnan los requisitos, por lo que contribuyen a crear el problema en vez de aunar esfuerzos para prevenirlo. Y otras a las que también les compete cuidar del medioambiente y la salud, pero parece que todavía no han integrado el ruido en sus planes. También falta en la educación ambiental. Se necesita una especie de superintendencia ambiental, que coordine y controle todas las acciones y omisiones. Y más participación de parte de la población.

doraldinazu@gmail.com

28 de Abril - 15º Día Internacional de Conciencia sobre el ruido


El ruido contamina el ambiente
y afecta la salud

Provoca pérdida de la audición, estrés, dolor de cabeza, náuseas, desequilibrio corporal, afecta el sistema circulatorio, digestivo, nervioso; la respiración; el descanso, el sueño, la concentración, la comunicación, el estudio, el trabajo, la economía, los derechos humanos.

Música, películas, fiestas, deportes a todo volumen; actividades y equipos ruidosos, afectan al vecindario, pasajeros, clientes y trabajadores. Les recordamos:

•conductor, no suene la bocina, revise el tubo de escape, apague el motor cuando se estacione;

•vecino, conductor, comerciante, baje el volumen al equipo de sonido; su música es para usted, permita que los demás escuchen la que prefieran,
•discotecas, iglesias, restaurantes, centros nocturnos, acondicionen su local para evitar emisión de ruidos al vecindario;

•comerciante, empresario, no ubiquen parlantes, ni planta eléctrica en las aceras;

•empresario, administrador, evite ruidos en el ambiente laboral;

•Iglesias, católicas y evangélicas, eviten hacer ruido de parlantes y de pólvora;

•afectados por el ruido, si no hay entendimiento, denuncien a los ruidosos, en la Alcaldía, Ministerio de Salud, Procuraduría Ambiental, Ministerio del Ambiente, Policía, Ministerio Público, Juzgados. Pidan apoyo en los Centros de Derechos Humanos.

•conozcamos las leyes y exijamos que se cumplan.

No más ruido

A propósito del 14º Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido

Doraldina Zeledón Úbeda
END - 19:46 - 28/04/2009
http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/46412

“No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay sitio dónde escuchar cómo se abren las hojas de los árboles en primavera o cómo aletean los insectos. El ruido parece insultar nuestros oídos. Y, después de todo, ¿para qué sirve la vida si el hombre no puede escuchar el grito solitario del chotacabras ni las discusiones nocturnas de las ranas al borde de un estanque? Soy un piel roja y nada entiendo. Nosotros preferimos el suave susurro del viento sobre la superficie de un estanque”.
Jefe indio Noah Seathl (1854).

Este 29 de abril es el 14º Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido, establecido desde 1976 por la Liga para el Deficiente Auditivo, con sede en Nueva York. No hay fecha específica, se celebra el último miércoles de abril.

El ruido está en todas partes, afectando la salud, la tranquilidad, el descanso, la comunicación, la calidad de vida, la economía, la convivencia y los derechos humanos. Esto lo saben muy bien los habitantes del barrio San Cristóbal, donde el ruido de la iglesia “Pozo de Salvación” los tiene condenados a un “pozo de desesperación”, como dicen ellos. Por eso un grupo de vecinos se sumó a la campaña mundial contra el ruido, un mal evitable si las autoridades quisieran.

Pero recordemos que no sólo los ruidos estridentes son perjudiciales, un nivel sonoro continuo de 35 decibeles puede afectar, al impedir el sueño, o en una biblioteca. Un ruido de fondo de 40 decibeles es demasiado en un aula o en un hospital. A pesar de esto y de que existe bastante información, el tema se sigue ignorando. Una de las razones es porque las ondas sonoras que nos agraden no se ven, como la basura o las columnas de humo. Porque generalmente sus efectos no son inmediatos. Y los médicos parece que no lo valoran como causa de enfermedad. También porque, erróneamente, se le considera producto del desarrollo. Y como pocas personas lo denuncian formalmente, las autoridades no se preocupan mucho. Pero sucede igual que con el agua, contaminamos desde el hogar, la recreación, el trabajo, el comercio, los servicios públicos. Y en este caso, hasta con la oración a gritos o con pólvora.

¿Qué podemos hacer hoy y todos los días? Desde el hogar: bajar el volumen a televisores y equipos de sonido, no tirar las puertas ni arrastrar muebles, no gritar. No comprar juguetes ruidosos, que además de perjudicar la salud de los niños, los inducen a la cultura del ruido. Evitar, durante la noche o en la madrugada, actividades que generan ruidos. En fin, respetar el espacio de cada uno y los derechos de los vecinos a la salud, a la tranquilidad y a disfrutar de su vivienda.

En el trabajo, lo primero debería ser capacitar en el tema del ruido y las leyes laborales que lo abordan. Disminuir el ruido o aislar los equipos. Usar protectores auditivos, cuando no se pueda reducir por otro medio. Debería ser obligatorio no sólo facilitar equipos de protección, también que el trabajador los use.

En el transporte, pidamos a los conductores que no piten. Ojalá que los prometidos buses nuevos, no tengan bocinas. Y no sólo los buses, también los taxis van pitando por todos lados. Y que bajen el volumen de su música. Si no lo hacen, bájese. Los vehículos privados también contribuyen, pues sonar la bocina es el deporte nacional. Los conductores deben acostumbrarse a reducir la velocidad, reparar la carrocería. Si llevan carga, amarrarla, para que no suene. Apagar el motor cuando se estacionen. Las cooperativas de transporte deberían capacitar sobre la prevención, control y efectos del ruido. Sería saludable que se comiencen a aplicar las leyes a los transportistas. No he podido entender por qué la Policía no actúa.

Desde la escuela se debe tomar conciencia del problema. El tema se puede abordar en las clases de lenguaje (periódicos, murales, foros, investigación, redacción, escucha), literatura, física, educación cívica, educación musical, ciencias naturales, derechos humanos, educación para la salud y para el consumidor; cultura de paz, medioambiente. Y reducir el ruido de las bandas musicales.

En las universidades, la contaminación acústica, su prevención y control, deberían ser temas de estudios en Derecho, Salud, Arquitectura, Ingeniería, Educación, especialmente en Educación Ambiental. Un postgrado de calidad ambiental o de producción más limpia estaría incompleto sin el tema del ruido. También debería ser materia en medicina forense, en el sistema de justicia. Y en la Academia de Policía; podría ser el inicio de su higiene sonora para que puedan escuchar los bocinazos.

¿Qué hacer ante un conflicto por ruido? Abandonar el papel de víctimas y asumir una actitud activa. Dejar de lamentarnos y quedarnos con los brazos cruzados. Primero, tratar de negociar, si no se puede, hay que denunciarlo. Y exigir a las autoridades que cumplan con su función de proteger la salud y el medioambiente.

El ruido es local, inmediato. Y cada día aumenta, igual que la temperatura. ¿Por qué esperar que otros denuncien el ruido que trota en mi propio oído? Hay que organizarse en cada barrio. Y actuar ya. Sin violencia, porque el ruido es “violencia acústica” y nosotros queremos convivencia, tranquilidad, paz sonora.

doraldinazu@gamil.com

Para el Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido

Doraldina Zeledón Úbeda

El último miércoles de abril se celebra el Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido, instaurado por la Liga para el Deficiente Auditivo, en Nueva York. El objetivo es informar y sensibilizar sobre los efectos del ruido en la audición, la salud y la calidad de vida. Dentro de las actividades que la Liga propone está hacer un minuto de silencio, de 2:15 - 2:16 de la tarde y reflexionar sobe la problemática del ruido.

En Nicaragua hemos venido sembrando la similla del no-ruido, de la paz sonora, desde el 2001, mediante artículos, comentarios, conferencias, orientaciones, publicaciones, sitios web, participación en programas de radio, etc.

Seguramente todos quisiéramos una capital más tranquila, donde se pueda trabajar sin el estrés del ruido; regresar al dulce hogar y tener dulces sueños. Venir de los departamentos y sentir satisfacción por estar en Managua y no desesperación por salir. Porque Managua es bonita por naturaleza, pero la hemos afeado con el desorden territorial y vial, con la basura y el ruido. ¿Por qué no devolver a nuestra capital al menos parte del encanto que sus habitantes añoran? ¿Y en los departamentos, quién no desea que su ciudad sea próspera y bonita, pero tranquila? Los sueños podemos hacerlos realidad. No tendremos una ciudad tranquila ya, quizás algunas no la podamos disfrutar, pero queremos creer que algún día habrá amaneceres sin ruidos y noches sin desvelos (al menos a causa del ruido). Que no se continuará afectando la salud impunemente. Poder caminar por la orilla del lago, sobre la prometida costanera que algún día será realidad, y escuchar el sonido del viento y la risa del agua. Ojalá no sea una costanera con encaje de ruidos y de plásticos, sino de olas, espumas, plantas y trinos.

Es hoy realmente un día de esperanza, a la luz de una nuevas leyes que esperamos se cumplan. Los invitamos a celebrar el Día de Conciencia sobre el Ruido. Les recomendamos:

- A los conductores, no sonar la bocina, especialmente cuando pasen cerca de escuelas, hospitales, centros infantiles y de la tercera edad.

- A gerentes de discotecas, bares, clubes nocturnos, que se acuerden del acondicionamiento acústico y bajar el volumen a la música.

- A gerentes de tiendas y supermercados, bajar el volumen a los equipos de sonido.

- A la publicidad ambulante, bajar el volumen y apagar el sonido cuando se estacionen.

- A motociclistas, revisar el tubo de escape y apagar el motor cuando se estacionen, especialmente durante la madrugada.

- A empleadores, asegurar un ambiente laboral saludable, facilitar equipos de protección y emplear tecnología menos ruidosa. Y a los sindicatos, exigirlo.

- A vendedores de discos compactos y casetes de música, bajar el volumen.

- En el hogar, bajar el volumen de los equipos, no tirar las puertas ni arrastrar muebles, no gritar, evitar actividades ruidosas durante la noche, cancelar ventanas contiguas a la propiedad vecina.

- En los Hospitales, evitar ruidos que afectan a pacientes y trabajadores.

- A todos, cuidar su salud, alejarse de ruidos fuertes, usar protectores auditivos y consultar a su médico.

- A la Policía, Alcaldías, Ministerio Público, Procuraduría del Medio Ambiente, Ministerio de Salud, Ministerio del Trabajo, al Poder Judicial, escuchar a las personas afectadas por el ruido y cumplir las leyes.

- A la Administración pública, utilizar las herramientas que le da el Derecho Ambiental para evitar, reducir y controlar la contaminación acústica: ordenamiento territorial, permisos y licencias de funcionamiento, reglamentos de construcción, evaluación de impacto ambiental, supervisones, educación ambiental, etc. - A la Procuraduría de Derechos Humanos, integrar en su trabajo los casos de violación de Derechos Humanos por contaminación acústica.

- A los ministerios de Educación y Medioambiente, integrar el tema del ruido en la Educación Ambiental. Y todos, disfrutar de sus actividades y derechos, permitiendo que los demás también disfruten. El objetivo no es reprimir sino convivir en paz. Dice nuestra Constitución que los derechos de cada persona están limitados por los derechos de los demás, por la seguridad de todos y por las justas exigencias del bien común.

"El respeto al derecho ajeno es la paz"

Editado 2010

Artículo 534 Código Penal- Ruido

Art. 534 Perturbación por ruido - Código Penal

El que utilizando medios sonoros, electrónicos o acústicos de cualquier naturaleza, tales como altoparlantes, radios, equipos de sonido, alarmas, pitos, maquinarias industriales, plantas o equipos de cualquier naturaleza y propósitos, instrumentos musicales y micrófonos, entre otros, ya sea en la vía pública, en locales, en centros poblacionales, residenciales o viviendas populares o de todo orden, cerca de hospitales, clínicas, escuelas o colegios, oficinas públicas, entre otras; produzcan sonidos a mayores decibeles que los establecidos por la autoridad competente y de las normas y recomendaciones dictadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y que causen daño a la salud o perturben la tranquilidad y descanso diurno y nocturno de los ciudadanos, será sancionado con diez a treinta días multa, o trabajo en beneficio de la comunidad de diez a treinta jornadas de dos horas diarias, y además de la suspensión, cancelación o clausura de las actividades que generan el ruido o malestar.

Las actividades tales como campañas evangelísticas masivas realizadas al aire libre en plazas, parques y calles requerirán la autorización correspondiente. Se exceptúan las actividades de las congregaciones religiosas dentro de sus templos, tales como cultos, ayunos congregacionales diurnos y vigilias nocturnas. Así mismo, se exceptúan los que tengan establecidos sistemas de protección acústica que impidan la emisión de sonidos, música o ruidos, hacia fuera de los locales debidamente adecuados para tales fines y que cuenten con la autorización correspondiente y dentro de los horarios permitidos.



Para efectos de este artículo se considerarán las siguientes escalas de intensidad de sonidos.

a)Para dormitorios en las viviendas treinta decibeles para el ruido continúo y cuarenta y cinco para sucesos de ruidos únicos. Durante la noche los niveles de sonido exterior no deben exceder de cuarenta y cinco decibeles a un metro de las fachadas de las casas;

b)En las escuelas, colegios y centros preescolares el nivel de sonido de fondo no debe ser mayor de treinta y cinco decibeles durante las clases;

c)En los hospitales durante la noche no debe exceder cuarenta decibeles y en el día el valor guía en interiores es de treinta decibeles;

d)En las ceremonias, festivales y eventos recreativos el sonido debe ser por debajo de los ciento diez decibeles.

El decibel es la unidad de medida en una escala logarítmica que sirve para expresar la intensidad de un sonido.