¡QUÉ
RUIDO TAN ENLOQUECEDOR!
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Publicado el
Jueves, 25 Abril 2013 06:18
Dr.
Vicente Maltez Montiel. (*)
Durante diecisiete
años consecutivos el último miércoles de abril se conmemora en el mundo el DIA
INTERNACIONAL DE LA CONCIENCIA RESPECTO AL RUIDO con el propósito de promover
el derecho a un medio ambiente sonoro saludable que no perjudique la calidad de
vida individual o colectiva de las personas.
Es una referencia
obligada reconocer y felicitar el trabajo persistente que ha venido
desarrollando en nuestro país la doctora Doraldina Zeledón Úbeda quien es
catedrática, comunicadora y jurista y autora del libro “Derecho a un ambiente
sonoro saludable, garantías jurídicas” (Ediciones EDIGRAPSA, 1ª. Edición,
Managua, 2005) que según expertos internacionales como Federico Miyara “es una
obra de aplicación universal”.
En el tercer capítulo
del profundo trabajo de Doraldina se aborda la contaminación acústica y se
define que “el ruido es un sonido no deseado”. Recuerda la autora que la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su Convenio 148 ha dejado claro
que se entenderá por ruido “Cualquier sonido que pueda provocar una pérdida de
audición o ser nocivo para la salud o entrañar cualquier otro tipo de peligro”.
El umbral de
audición es cuando comenzamos a oír sonidos y se produce dolor en los oídos
cuando el sonido llega a 120 decibeles o más. Después de los 85 decibeles se
deben usar protectores auditivos.
Las fuentes de la
contaminación acústica puede ser variadas y se clasifican de acuerdo a su
origen: fijas como industrias, discotecas, talleres, oficinas, restaurantes.
Las fuentes móviles
son aquellas que se trasladan geográficamente como los diferentes medios de
transportes terrestres, aéreos, acuáticos, etc.
Otras fuentes son
viviendas en las cuales hay equipos de sonido, animales, reparaciones, gritos,
portazos, las aglomeraciones de personas con motivos políticos, religiosos (las
tradicionalmente escandalosas iglesias evangélicas), festivas, comerciales y
otros.
La importancia
médico-social del ruido tiene que ver con los diversos efectos que es capaz de
producir, que según la OMS pueden resumirse en:
• Pérdida de la
audición.
• Interferencia de la comunicación oral.
• Trastornos del sueño y el reposo.
• Problemas cardiovasculares como el desarrollo de hipertensión arterial y
enfermedades del corazón.
• Efectos fisiológicos o del funcionamiento interno y de la condición
psicológica.
• Alteraciones del rendimiento intelectual y de la capacidad de adquirir nuevos
conocimientos, de especial importancia en los niños pequeños.
• Creación de hostilidad y agresividad social.
EL
RUIDO EN EL MUNDO DEL TRABAJO
En un país como
Estados Unidos se considera que un cálculo conservador es de que hay unos 25
millones de trabajadores expuestos “a valores posiblemente riesgosos de ruido
en su trabajo”, en especial en el ambiente industrial.
El excesivo y
prolongado ruido en el puesto de trabajo es capaz de desencadenar enfermedades
profesionales como estrés crónico, cefaleas, trastornos del sueño, presión
alta, enfermedades del corazón y ante todos accidentes laborales, algunos de
ellos con resultados fatales. En nuestro país se han llegado a producir en un
año no menos de 11,000 accidentes laborales, ¿Cuántos de ellas en puestos de
trabajo ruidosos?
Todo trabajador que
inicia a laborar en una industria considerada “ruidosa” debe tener una medición
de su capacidad auditiva (audiometría) basal o inicial y después a través de
los controles anuales se podrá establecer si ha aparecido disminución de la
audición o hipoacusia traumática.
Llamo la atención
al hecho de que el médico de la empresa y los sindicatos, (Comité de seguridad
ocupacional) deberán darle seguimiento a la aparición de los efectos nocivos
del ruido sobre la capacidad auditiva que se expresa por dolor en oídos, salida
de líquido o exudado por los oídos, ruidos o tinitus persistentes, dificultad
para oír de aparición reciente, sensación de que “tiene como ocupados o llenos
los oídos” y presencia de cuerpos extraños en los oídos.
Si tuviéramos dudas
sobre si estamos frente a niveles dañinos de ruidos convendría guiarse por la
experiencia de expertos norteamericanos (Secretos de la medicina del trabajo,
de R Bowler y J. Cone, Mcgraw Hill Editores, México, 2000) que establece lo
siguiente:
“Una regla general
valiosa ayuda a determinar si existen valores de ruido posiblemente riesgosas
en un puesto de trabajo: cuando es necesario gritar a una persona que está a un
metro de distancia o menos para ser escuchado, el nivel de ruido en el ambiente
probablemente es de 85 decibeles o más”.
El uso de la debida
protección contra el ruido tendrá los efectos benéficos de reducir el estrés
general, menor fatiga, ausencia de entumecimiento auditivo y de tinitus
(zumbidos) después del turno laboral.
PREVENCIÓN
Y CONTROL DEL RUIDO
Zeledón Úbeda en su
intenso trabajo a favor de promover un medio ambiente sonoro saludable como un
derecho humano fundamental propone el ordenamiento territorial asociado a otras
medidas como el aislamiento acústico del equipo ruidoso, el acondicionamiento
acústico de los locales y el apantallamiento.
Además propone la
educación ambiental y el cumplimiento del conjunto de normas legales existentes
entre los cuales se encuentran desde la Constitución Política vigente, el
Código del Trabajo y los convenios internacionales suscritos por nuestro país
(OIT, OMS, OPS y otros), así como el código penal, ley ambiental y código
penal, entre otros.
Para los médicos
internistas y la medicina en general será siempre obligatorio considerar el
factor o factores adversos provenientes del trabajo en la salud de nuestros
pacientes. El trabajo “puede ser un digno laurel” siempre y cuando sea decente.
(*) Especialista en
medicina interna, autor del libro “Larga vida y prosperidad, consejos de s