viernes, 18 de enero de 2019
Pólvora. Qué locura,
Pólvora. Qué locura, qué irresponsabilidad con el medioambiente. Y cuánto queremos a los perritos y gatitos, y cómo cuidamos a niños y ancianos en estos tiempos de frío, viento y polvo... Y sin embargo, cuánta pólvora, que afecta la salud. Este año, fuera de lo normal, que siempre ha sido anormal, irrespetuoso. Por aquí, un vecindario tranquilo, antes eran unos cuantos petardos, más que todo temprano y tirados por chavalos. Y no había visto muñecos para quemar. Ahora, por ejemplo, en media cuadra vi dos.
La perrita temblaba y el gatito se fue, espero que vuelva.
Mientras en otros países buscan cómo evitar la pólvora o el ruido que produce, aquí su uso se multiplica. ¿O acaso significa progreso?
Ojalá que el próximo diciembre vendan, al menos, petardos silenciosos, aunque los componentes de la pólvora siempre afectan la salud y el medioambiente.
Perdónalos, Señor, aunque sí saben lo que hacen. Yo no los perdono, porque sí saben lo que hacen. Ser un país pobre no significa ser irrespetuosos, irresponsables, ni disfrutar a costa de la salud del ambiente y por ende de la salud, tranquilidad y derechos, no sólo de los humanos, también de toda la Creación.
Ojalá que podamos construir un año nuevo mejor.
Buen año, amigas y amigos.
La perrita temblaba y el gatito se fue, espero que vuelva.
Mientras en otros países buscan cómo evitar la pólvora o el ruido que produce, aquí su uso se multiplica. ¿O acaso significa progreso?
Ojalá que el próximo diciembre vendan, al menos, petardos silenciosos, aunque los componentes de la pólvora siempre afectan la salud y el medioambiente.
Perdónalos, Señor, aunque sí saben lo que hacen. Yo no los perdono, porque sí saben lo que hacen. Ser un país pobre no significa ser irrespetuosos, irresponsables, ni disfrutar a costa de la salud del ambiente y por ende de la salud, tranquilidad y derechos, no sólo de los humanos, también de toda la Creación.
Ojalá que podamos construir un año nuevo mejor.
Buen año, amigas y amigos.