Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido último miércoles de abril

Paz

Alfonsina Storni
Vamos hacia los árboles... el sueño
Se hará en nosotros por virtud celeste.
Vamos hacia los árboles; la noche
Nos será blanda, la tristeza leve. Paz

Vamos hacia los árboles, el alma
Adormecida de perfume agreste.
Pero calla, no hables, sé piadoso;
No despiertes los pájaros que duermen.

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Anidando en el porche

domingo, 31 de marzo de 2013

Quien las horas que se pierden de sueño, contara



Libro 12, Epigrama 57

Marco Valerio Marcial

¿Quieres saber la razón
De que á menudo me vaya
A mi modesta campiña,
A mi reducida casa
Que de Nomento poseo.
En la mísera comarca?
Esparso, el hombre, que es pobre,
Medios en Roma no halla
De pensar y descansar.
¡Tantas gentes embarazan
Habitar en ella á gusto!
Pedagogos, de mañana,
Y de noche, panaderos;
Y durante la jornada,
Caldereros con sus golpes.
Aquí el cambista te hallas
Que, en su sucio mostrador,
Todas las horas se pasa,
Retiñiendo las monedas,
Que el busto de Nerón guardan;
Allí es el majador
Que con una limpia vara
Sobre una piedra sacude
Y limpia lino de España:
Ora es la gritería
Y la inacabable cháchara
De la turba que á Belona
Rinde su culto fanática;
Ora es la voz penetrante
Del náufrago que colgada
Lleva del cuello su historia;
Ó del judío de vaga
Mendigante, adoctrinado
Por su madre en tales mañas,
Ó del mercader que vende
Pajuelas para las lámparas.
Quien las horas que se pierden
De sueño en Roma, contara,
Podria decir el número
De las manos que machacan
Sonoros bronces, queriendo
A la luna así hechizarla.
Tú, Esparso, ignoras todo esto:
Tú de esto no sabes nada,
Tú que gozas, sibarita,
De Petilio el rico alcázar,
Cuya azotea domina
Las colinas aledañas.
Tú, en medio de Roma misma,
Tienes tu rica campaña;
Tu viñador es romano,
Y tus viñas regaladas
Son en otoño tan fértiles
Cual las que en Falerno se hallan.
Sin salir de tu palacio,
Puedes correr á tus anchas
En tu carro: en él tú puedes
(Pues sólo cuando te plazca,
Penetra el día) entregarte
Al sueño y dulce vagancia,
Que no viene á interrumpirte
La más leve voz humana.
Mas á mi gozar de sueño
No dejan las risotadas
De la turba transeunte,
Y toda Roma se halla
Próxima á mi cabecera.
Así, cuando lleno de ansias,
Quiero dormir, marcho al Punto
A mi casa Nomentana.

Marco Valerio Marcial, (40 - 104 DC?).