Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido último miércoles de abril

Paz

Alfonsina Storni
Vamos hacia los árboles... el sueño
Se hará en nosotros por virtud celeste.
Vamos hacia los árboles; la noche
Nos será blanda, la tristeza leve. Paz

Vamos hacia los árboles, el alma
Adormecida de perfume agreste.
Pero calla, no hables, sé piadoso;
No despiertes los pájaros que duermen.

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Anidando en el porche

martes, 27 de abril de 2021

Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido

 Doraldina Zeledón Úbeda

El ruido está en todas partes. Perturba la tranquilidad, descanso, economía, convivencia, derechos humanos, concentración, calidad de vida; contamina el ambiente, afecta flora y fauna. Tiene efectos nocivos sobre la salud síquica y física: estrés, dolor de cabeza, náuseas, desequilibrio, disminución o pérdida de audición, hipertensión, problemas cardiovasculares. Según la Organización Mundial de la Salud, “Por encima de los 80 decibeles también puede reducir la actitud cooperativa y aumentar la actitud agresiva”.

Sin embargo, le damos poca importancia. Quizás porque las ondas sonoras que nos agraden no se ven, como la basura o el humo. Y porque generalmente sus efectos no son inmediatos.

Pero qué reparador es el sueño, despertarse despejada, con la mente clara y dispuesta a disfrutar de las cosas buenas que traiga el nuevo amanecer o saber responder a las no tan buenas. Y qué felicidad trabajar en paz, terminar la jornada y salir en calma, sosegados. Sin embargo, el ruido laboral, del ocio,  transporte  y la vecindad, amenazan nuestra salud y tranquilidad.

Por eso, el último miércoles de abril se celebra el Día Internacional de Conciencia Sobre el Ruido, instaurado por la Liga para el Deficiente Auditivo, en Nueva York, el 24 de abril de 1996.  Para informar y sensibilizar sobre los efectos de esta pandemia invisible. Dentro de las actividades propone un minuto de silencio, de 2:15 - 2:16 de la tarde.

¿Por qué aquí se ha silenciado la problemática? Quizás por indiferencia o interés de los poderes: económico, político, religioso, tecnológico, académico (salvo pocas excepciones), y hasta sindical. Porque no es rentable. Y más bien genera poder y éste a su vez genera ruido: se retroalimentan el ruido del poder y el poder del ruido. Y por falta de información, de recursos para reclamar y por temor a esos poderes. Felizmente algunos medios de comunicación tienen abiertos sus oídos ante esta problemática. Y estudiantes de Derecho y Medicina, están incursionado en el tema.

Hace veinte años (2021) me subí al barco de la paz sonora, por un ambiente acústicamente saludable. He navegado en aguas tranquilas y turbulentas, me han tratado mal, se han burlado. Es comprensible. También me han felicitado y apoyado. A veces he naufragado y a veces vislumbro un puerto seguro.  

Por ahora, sigamos construyendo una Nicaragua con menos ruido, con sonidos agradables, saludables. No en silencio, sino  evitando sonar la bocina sin necesidad, creando ambientes laborales saludables, bajando el volumen a equipos de sonido, publicidad ambulante y lugares de ocio; evitando trabajos ruidosos en el vecindario durante la noche, quitar amplificadores de sonido en los negocios, apagar el motor si está estacionado, instalar tubo de escape en motos, bajar los decibeles al turismo y la cultura del ruido. Y todo lo que usted pueda agregar. Principalmente, informándonos, tomando conciencia, ojalá desde los centros de educación. Ojalá con ordenanzas.

Sería interesante en este año electoral que bajen el volumen. Y escuchen los “sonidos del silencio” que nos hablan de la urgencia de paz, tranquilidad, descanso, inviolabilidad del domicilio, protección del ambiente, incluido el ambiente sonoro saludable.

En este Día de Conciencia Sobre el Ruido, invito a que hagamos un minuto de silencio y pidamos perdón por no escuchar, teniendo buenos los oídos.

Gracias a quienes nos han apoyado.

doraldinazu@gmail.com  

Abril 2021