Día Internacional de Conciencia sobre el Ruido último miércoles de abril

Paz

Alfonsina Storni
Vamos hacia los árboles... el sueño
Se hará en nosotros por virtud celeste.
Vamos hacia los árboles; la noche
Nos será blanda, la tristeza leve. Paz

Vamos hacia los árboles, el alma
Adormecida de perfume agreste.
Pero calla, no hables, sé piadoso;
No despiertes los pájaros que duermen.

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Anidando en el porche

lunes, 14 de febrero de 2011

El ruido en la escuela puede afectar el aprendizaje

Doraldina Zeledón Úbeda

El Nuevo Diario. Managua. 14 de febrero del 2011.

¿Se preocupan los padres de familia por el ruido en las escuelas? ¿Saben cómo afecta a sus hijos e hijas? Las fuentes de ruido en los centros son muchas: parlantes para orientaciones al inicio de clases, que en algunos casos son ensordecedores, y más bien pueden promover que los alumnos no presten atención. Entonces, están en paralelo el mensaje de los directores y las conversaciones. Timbre, bandas musicales, silbatos, deportes, clases de danza con música a todo volumen, talleres de cocina, carpintería, etc. Ruido externo: transporte, pregones de vendedores ambulantes y publicidad móvil, música del vecindario, voces de transeúntes. Todo esto hace que el ruido en la escuela sea constante y con altos niveles sonoros.

Y hay algo que probablemente no advertimos: la voz de los propios alumnos. Según la Organización Mundial de la Salud, el ruido de fondo en el aula debe ser de 35 decibeles, y 50 decibeles con la voz del maestro. Y a veces hablan varios a la vez, lo que aumenta el nivel sonoro. O cuando se trabaja en grupo, si no aprenden a bajar la voz y a no arrastrar los pupitres, el aula puede ser un factor de riesgo para la salud y el aprendizaje.

Los efectos del ruido en la salud pueden ser: molestias, decaimiento, estrés, cansancio, malestar general, dolor de cabeza, náusea, aumento de la presión arterial, mareos, acidez estomacal.

Efectos en el aprendizaje: incomprensión de textos o explicaciones, falta de concentración, confusión de sonidos semejantes. Esto puede llevar también a la poca participación, dificultades para seguir el hilo de la clase, apatía, aislamiento o desorden.

Habría que agregar los efectos en los alumnos que tienen problemas de audición, y especialmente en aquellos a los que no se les ha diagnosticado, y puede acentuar la poca participación y el aislamiento. Además, al afectar la salud, puede incidir en el rendimiento escolar, por indisposición o ausencias.

Después de pasar expuestos a explosiones de pólvora, a reproductores personales de música, juegos electrónicos, discotecas, etc., sería conveniente realizarles exámenes auditivos, porque si además del ruido de la escuela tienen problemas de audición no controlados, el aprendizaje puede venirse abajo aunque el niño no falte.

Otro factor que influye es el diseño arquitectónico de la escuela, las condiciones de conservación de la infraestructura del edificio, la ubicación. Todo esto constituye un obstáculo para la calidad de la educación, y no sólo en los centros de Preescolar, Primaria y Secundaria, también en la Universidad.

Los esfuerzos por mejorar la educación deberían contemplar normas técnicas para la construcción de centros educativos. Evitar que estén a la orilla de la calle y contar con muro perimetral. Canchas, talleres, bandas musicales, los parqueos deberían estar retirados de las aulas. Debida separación entre salones, con paredes altas para aislar el ruido entre ellos, o al menos cerrar huecos. Los ventanales no deberían dar a la calle, contar con cielorraso, que además de amortiguar el calor disminuye el ruido.

Cuando las posibilidades lo permitan, aplicar normas de aislamiento acústico en aulas, auditorios, bibliotecas y laboratorios. Los pupitres deberían estar acondicionados para hacer el menor ruido posible, por ejemplo, colocar caucho en las patas y ser livianos.

Los docentes pueden hacer mucho con los estudiantes: ejercicios de mover los pupitres sin hacer ruido, bajar la voz para que tengan que hacer silencio. Inducirlos a realizar las actividades sin generar ruido (no tirar las puertas, no gritar, bajar el volumen a equipos de sonido).

Identificar fuentes de ruido en la escuela, en la casa, en el barrio en la ciudad. Hacer un recorrido para escuchar sonidos (paseo sonoro), ir anotando las fuentes y después clasificarlos entre sonidos agradables y ruidos (sonidos no deseados).

Investigar sobre los efectos en la salud, en los derechos humanos. Conocer las leyes. Se debería comenzar desde el primer día de clases, de manera incidental a la hora de dar orientaciones o elaborar las normas sociales de convivencia en la escuela y en el aula.

Además de ver el problema de forma incidental cada vez que se preste el momento, es necesario también abordar el tema de manera directa y específica, para profundizar. Y de forma transversal en todas las asignaturas. Hacer de la clase una práctica integradora, no aislada, inculcar valores, como el respeto a los derechos de los demás, tanto en la escuela como en el hogar y en el vecindario. No sólo aprender a defender su derecho a la tranquilidad y a la salud, al aprendizaje, sino que vayan aprendiendo a respetar a los otros, así formaríamos vecinos y empresarios respetuosos y funcionarios responsables.

El tema se puede abordar desde las Ciencias Sociales en el ámbito urbano: industria, transporte, construcción, recreación, relaciones de vecindad. Desde la cultura: costumbres dañinas, como morteros, pólvora, música a todo volumen, hablar a gritos. Desde las ciencias naturales: la anatomía y fisiología del oído; desde la física, mediante el estudio del sonido; o la tecnología, por ejemplo, los medios portátiles de reproducción musical (mp3) y sus efectos en la audición.

Desde el lenguaje y la literatura hay infinidad de formas para construir un ambiente de paz sonora, comenzando por aprender a callarse para poder escuchar. Igualmente se puede trabajar en clases de música, pintura, teatro.

El tema de la contaminación acústica es parte de la educación ambiental. Hay docentes conscientes, pero algunos se preguntan, ¿cómo hacerlo? La capacitación es necesaria. Y las condiciones. No basta estar conscientes, también hace falta la educación de la voz de los maestros para gritar menos y no terminar afónicos y detrás de pensiones por incapacidad.

¿Y qué les parece un paseo por las escuelas para constatar en qué ambiente sonoro están sus hijos?